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SOBRE LA ESTRELA DE CHILE




En este libro, publicado en 1984, el profesor Gastón Soublette nos relata cómo el propio Director Supremo de Chile Bernardo O´Higgins, en ocasión de la inauguración de la bandera de la estrella solitaria en 1817, consultado sobre su significado explicó que se trataba de la “Estrella de Arauco”. Se trata, por cierto, de una mención silenciada, puesto que en general nadie en Chile tiene noticia de esa interpretación de nuestro símbolo patrio más característico, y menos aún de lo que dicha Estrella de Arauco pudiera significar.




En este mismo sentido el primer escudo nacional, instituido por José Miguel Carrera en 1812, es del mayor interés por su contenido simbólico hermético y por su evidente carácter indigenista. Fue diseñado sobre un óvalo, en cuyo centro había una columna que representaba el árbol de la libertad. Sobre la columna se observaba un globo terráqueo; sobre el globo, una lanza y una palma cruzadas, y sobre éstas, una estrella. Junto a la columna, se observaba a una pareja de indígenas de pie. Sobre ellos La Estrella de Chile surge como un símbolo luminoso de buen augurio. Bajo el lema Post Tenebras Lux, viene a ser el lucero de la mañana, anunciador del nuevo día, símbolo del nuevo orden libertario, igualitario y fraternal.

Los araucanos aparecieron como un modo más explícito de aludir a la revolución, en cuanto la heroica resistencia de Arauco a la dominación española era el ejemplo que debía seguirse y el temple de espíritu que era preciso tener, al par que constituía un llamado a la misma base racial aborigen del pueblo chileno, en una homologación de la guerra de Arauco con la de la independencia que entonces se gestaba.

La presencia de Arauco en la composición del símbolo, revela que los padres de la patria tenían frente al pueblo araucano una actitud muy diferente a la que se tiene hoy día en Chile, demostrando un gran respeto y comprensión de su significado como raigambre de nuestro pueblo.




Reproducción del diseño original de la bandera


Entonces, en 1817 O´Higgins tomó la iniciativa de cambiar el emblema y dio a los diseñadores las ideas matrices. En lo que se refiere a la estrella, debe recordarse que fue el propio O´Higgins quien explicó su significado, diciendo extraoficialmente que era la “Estrella de Arauco”. Años después, esta breve y enigmática explicación del Jefe de Estado fue desarrollada en el decreto que se dictó para fijar la composición del escudo nacional, en los siguientes términos: “La estrella de plata es el blasón que nuestros aborígenes ostentaron siempre en sus pendones y el mismo que representa ese caro pabellón a cuya sombra se ha ceñido la patria de tantos y tan gloriosos laureles”. La intención de Bernardo O´Higgins de identificar la estrella de la bandera con la Guñelve de Arauco, se advierte en la presencia de ese enigmático asterisco de ocho brazos, que viene a ser una simplificación de la forma original que tenía el símbolo aborigen de la estrella de la mañana. Ese símbolo era una estrella hexagonal o cruz foliada.



Bandera según el antiguo relato mapuche, posiblemente utilizada por tropas mapuches a comienzos del siglo XVIII


La explicación dada por O´Higgins sobre la estrella y desarrollada después en el proyecto de ley para el diseño oficial del escudo adquiere aquí su verdadero significado. Pues bien, esa “Estrella de Arauco”, que ostentaban los pendones de los batallones araucanos, que siempre ha ocupado un lugar importante en el panteón mapuche, que preside la vocación de la machi, que determina ciertos hitos del ciclo anual y que, con múltiples variantes de diseño, aparece en la cerámica ceremonial, no es otra sino la Guñelve mapuche: el lucero, el planeta Venus, la más luminosa de las estrellas del firmamento.









El mismo contenido de la palabra patria, literalmente lo que es propio del padre, utilizada en su sentido habitual significa la tierra en la que han vivido los padres (antepasados), y es evidente que esos padres, por la intención manifiesta en nuestros emblemas, no son sólo los tatarabuelos de 1810 sino los ancestros precolombinos cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos.




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