1. Una morfología de construcciones encaramadas
La ciudad puerto de Valparaíso no se fundó y trazó
oficialmente, sino que se desarrolló de manera espontánea. Durante los siglos
XVI y XVII el asentamiento era sólo un caserío, dispuesto en torno a la
capilla, y el tráfico portuario era más bien escaso. Poco a poco la capilla fue
sustituida por una iglesia, las casas se volvieron más sólidas, y el puerto fue
dotado de una fortificación emplazada sobre uno de los cerros aledaños.
Recién durante los primeros decenios del siglo XIX se va a
dar comienzo al auge de Valparaíso. Una vez saturado el escaso terreno plano
contiguo a la costa, la ciudad creció hacia los cerros que rodean la bahía; las
construcciones se encaramaron sobre ellos dando lugar a la morfología
característica de esta ciudad.
2. Las quebradas como elementos estructurales
La estructura morfológica de la ciudad en forma de anfiteatro
orientado hacia el mar, la conforma a partir de un tejido compuesto de una
explanada rodeada por una oscilación de 50 cerros que en sus uniones conforman
una gran cantidad de quebradas. Estas se configuran como elementos
estructurales del tejido urbano puesto que están en medio de la ciudad y porque
vienen a ordenar los flujos naturales del agua como también de las personas que
suben y bajan todos los días por ellas y que viven en los cerros que las
rodean.
La relación del habitar frente a la pendiente ha dado origen
a la forma urbana de la ciudad, donde se han emplazado las primeras casas
producto de un orden autoconstruido, asumiendo precaria pero eficientemente las
agudas pendientes.
3. La autoconstrucción como práctica cotidiana
Hace algunos años con un amigo en una quebrada de Valparaíso
comentábamos que una música de fondo de la ciudad en esos sectores era
compuesta por herramientas de construcción provenientes de las casas, en especial
los fines de semana ya que el tiempo de esta construcción es el tiempo libre:
un constante ruido de martillos y taladros como parte sonora del paisaje.
Se calcula que el 80% de la ciudad de Valparaíso se encuentra
en los cerros. Dentro de ellos, exceptuando en los cerros más acomodados y
consolidados, el fenómeno de la autoconstrucción es tan generalizado que una
exploración por sus muchos barrios nos permitiría apreciar que sobre este
fenómeno se cimienta la mayoría de la ciudad.
Muchas construcciones están fuera de la norma porque la
construyen los propios habitantes, ellos son los arquitectos y constructores
históricos de la ciudad real (frente a la simulada por la industria turística),
la cual es construida de acuerdo a las posibilidades, necesidades y tiempos de
las propias personas, ajenos a los del mercado inmobiliario.
4. La Avenida de los Cerros
Para finalizar este punto me gustaría agregar algo sobre la
ubicación de la sala Vicente Vargas Estudio (lugar en donde se incrusta esta
pieza) en la ciudad de Valparaíso. Se trata de un inmueble característico de la
llamada Avenida de los Cerros, como se le conocía al Camino Cintura y Avenida
Alemania en el puerto.
El trazado y la construcción de esta avenida constituye una
vía que se extiende a través de los cerros, inaugurando entre ellos el andar de
una mirada que ondula, como su nombre lo indica, en una constante de curvas en
donde la mirada oscila entre las vistas panorámicas de la ciudad, el mar y la
bahía, junto a la visión de la quebrada, techos, eriazos y casas.
Tras el aumento significativo de la población construyen esta
avenida entre 1870 y 1880, la que surge como una conexión vial entre los cerros
que hasta ese momento permanecían como unidades independientes, con una
identidad propia que hasta hoy hace que el camino tenga distintos matices, pero
que se comprenda como una unidad continua y diversa.
Por otra parte, esta avenida trazada a la cota 100 tuvo en su
momento como uno de sus objetivos delinear el borde o la periferia de la ciudad
hacia los cerros. Con el tiempo el crecimiento de la ciudad la sobrepasó, como
sucede con muchos de los caminos concebidos como límite de las urbes, que
pronto quedan insertos en el interior de ellas.
Pese a esto la avenida no cesó de funcionar como límite.
Tanto así que Valparaíso es una ciudad que se podría conocer de acuerdo a dos
realidades: desde el plan a la cota 100 y desde la cota 100 hacia los cerros
que componen la periferia de la ciudad actual, la cual continúa creciendo hacia
el Camino La Pólvora que bordea la cota más alta.
Me interesa señalizar todo esto pensando en el emplazamiento
y en la instalación de la obra como sitio específico, en este inmueble ubicado
en Avenida Alemania como parte de un trayecto en el que se puede reconocer la arquitectura
vernácula de cada uno de los cerros que atraviesa, y por consiguiente en la
instalación como una pieza producida a partir de ese imaginario.
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