Advenimiento

                                                             Mi gemela perdida en el bosque dice palabras maravillosas. Tiene un cuaderno donde dibuja sus emociones y anota las prescripciones de su médico tratante. Me estimula saber que ella en algún momento va a sonrojarse: logra que tome conciencia de nuestros truncados nexos. Ella viste de negro y su piel es un paisaje. (Tiene los ojos que un espejo posee cuando yo vuelvo a recordarle.) Y así nos reencontramos, en un claro que expira de noche, sentados sin mirarnos, buscando en su cuaderno nuestras voces.

Carlos Peirano